Presente en todos los hogares de la montaña

Arbustos de hasta dos metros de altura de la familia de las leguminosas, de características flores amarillas que adornan los campos de la comarca en primavera y verano.

La densidad y rectitud de sus ramas, han hecho de ellas un elemento útil para la construcción de escobas elaboradas artesanalmente que todavía podemos encontrar para la limpieza de cuadras y portales de las casas.

De igual manera que el brezo, se ha aprovechado para la elaboración de techumbres, sobre todo en la construcción de chozos para refugio de pastores.

Sus llamativas flores sirven para engalanar procesiones como la del Corpus, creando a su paso una alfombra amarilla llena de “zapatitos”, manera cariñosa con la que se conocen sus flores debido a su forma.