En la calle Matías Barrio y Mier se pueden contemplar algunas de las mejores muestras de edificios civiles de finales del siglo XVI, ejemplos de las casas solariegas y blasonadas de la nobleza montañesa que tan profusamente abundaba por esta región.

No eran grandes nobles, como los marqueses de Aguilar, con títulos y señoríos, pero sí eran gentes acomodadas, libres del pago de gran parte de los impuestos que consumían los recursos de las gentes más humildes, siendo los linajes que controlaban la estructura económica de la región y copaban los más altos cargos de la organización municipal.

Uno de los símbolos que denotaba el estatus de estos miembros de la “pequeña nobleza” fue el de la colocación de escudos heráldicos en las fachadas, como muestra de su posición socioeconómica. Esta realidad ha supuesto que Aguilar tenga, sin ninguna duda, una de las mayores concentraciones de blasones de toda Castilla y León, conservando todavía hoy por sus calles más de un centenar, algunos de los cuáles no solo hablan de la historia de Aguilar y de sus gentes, sino que conservan un enorme valor artístico.

Entre todas las casonas que se pueden observar en esta calle destacan principalmente dos. La primera de ellas es la de los Velarde, en cuya fachada se aprecia un precioso escudo de armas que tiene como lema: “El de Tagle, que la sierpe mató y con la infanta casó”. Y también la de los Mier y Terán, con dos excelentes bustos que posiblemente representasen a los fundadores del linaje - Juan de Mier y Terán y María de Tanguile- y cuya inscripción en latín se puede traducir así: “Con la ayuda de Dios, la virtud permanece después de la muerte”.

Tipo de actividad :

  Accesible para personas de movilidad reducida
  Patrimonio Cultural
  Turismo Familiar

Audioguía :