La “Calle del Puente” conformó uno de los cuatro barrios en los que se dividió durante siglos el casco urbano de Aguilar. En ella se situaron los talleres de algunos de los oficios gremiales y aún pueden observarse una serie de importantes casas blasonadas.

De todas ellas destacan el palacio de los Villalobos-Solórzano -o Casas del Cabildo- y un conjunto de edificaciones pertenecientes a las instituciones eclesiásticas de Aguilar de Campoo, como la colegiata de San Miguel, el convento de Santa Clara, la “casa rectoral” o “casa de los curas” que estuvo en pie hasta el siglo XX y el monasterio de Santa María la Real. En la casa perteneciente a esta última entidad se conserva un escudo heráldico fechado en 1754 en el que se puede observar toda la simbología jurisdiccional perteneciente al abad del monasterio.

En el extremo de la calle que linda con el Puente Mayor existe un pequeño santuario dedicado a San Roque, patrón de viajeros y peregrinos y considerado como protector contra la peste. Su ubicación en un cruce de caminos no es casual y se debe, en parte, a la necesidad que se tenía de recurrir a los santos o a la Virgen como método para combatir los riesgos de los viajes.

Justo enfrente de ese santuario se encuentra una de las puertas de salida de Aguilar, en este caso la que daba acceso al río y al molino harinero conocido como del Capitán Malla. Esta puerta, o portillo, data del siglo XIV y en la actualidad comunica la Calle del Puente con el paseo de la Cascajera y al parque de la isla de San Roque.

Tipo de actividad :

  Accesible para personas de movilidad reducida
  Patrimonio Cultural
  Turismo Familiar

Audioguía :